Review The Crash Bandicoot N. Sane Trilogy - Parte II
Pero eso no es todo, muchos de los fallos gráficos y mecánicos del juego han sido solventados, enfrentar los niveles es una experiencia mucho más benigna y si mueres, por un salto o por un enemigo, ya no será por una falla técnica. Los enemigos acordes a su diseño, se mueven y actúan como deberían con un elemento de motricidad bastante bien logrado. Pero como todo buen video juego que se precie la calidad visual debe ir acompañada de un excelente apartado sonoro. Con pistas rehechas, algunas muy similares a los juegos originales, pero no exactamente las mismas. Se ha rehecho una banda sonora que se mezcla de forma excelente con el nuevo apartado grafico como el cuerpo y el alma de una obra. También se han añadido nuevos elementos sonoros, como pasos más logrados, sonido del agua, crepitar del fuego. El cambio de sonido cuando pisas grava a cuando pisas el suelo de un templo o la arena. Los gritos, gruñidos y voces de los enemigos y otros personajes del entorno. Son pequeños detalles bien logrados que añaden ese deje de perfección y que, si bien a simple vista pudiera parecer un detalle insignificante, le dan más alma al juego, haciéndolo sentir más hermoso, más exótico y más lleno de vida, en un entorno completamente 3D con cierto toque de realismo (en lo que cabe, que controlamos un marsupial mutante).
No obstante, al ser una entrega de una trilogía, es necesario detallar cada uno de los juegos que lo componen. La trilogía nos presenta los tres primeros títulos originales: Crash Bandicoot, Crash Bandicoot 2: Cortex Strikes Back y Crash Bandicoot: Warped. Mirar atrás y ver estos títulos, comparándolos con el ahora despierta emociones dentro de los más viejunos, como digo yo. No hay forma de evitarlo, son emociones que permanecen allí, es ver el juego anticuado, pero con un toque fresco de pintura. Es inevitable hacer una comparación y disfrutarla. De los tres, quizá el primero y original ha sido el más perjudicado, permaneciendo casi inalterable. Conservando si bien con nuevo apartado gráfico, la sencillez de sus niveles, menos intrincados quizá y con retos de plataforma que dependen más de los enemigos que de los saltos en sí mismos. Haciendo la experiencia algo repetitiva. No obstante, cuando pasamos a la segunda entrega, notamos un cambio drástico. Aun así, no es algo que fastidie o moleste, y tener la oportunidad de revivir la experiencia ya es todo un acierto. Se añaden además nuevas mecánicas, como contadores de cajas, niveles con límites de tiempo visibles. Pero para un jugador neófito puede ser algo difícil de asimilar.
La segunda entrega nos propone un reto de plataformas mucho más divertido, nada monótono con objetivos y retos adicionales, con añadido de niveles secretos. Además, pule bastante más las mecánicas que se sienten menos rígidas e invitan a la exploración y la repetición de niveles. Los saltos si bien son más complicados son más certeros en un equilibro de profundidad y distancia bien logrados. Y esto se conserva bastante bien en la tercera parte, no obstante, parece como si le hubiesen bajado la dificultad a esta última. Hay niveles divertidos en conjunto que te permitirán, por poner un ejemplo navegar por una alcantarilla con peligro de ser electrocutado por anguilas o a lomos de un tigre por un entorno claramente asiático. Y los famoso y entrañables niveles donde huías de grandes enemigos con la cámara persiguiéndote, a veces incluso de lava. Aun así se siente que todas las herramientas dadas en la tercera parte nos dan un plus que nos permiten rebajar la dificultad, pero ciertos puntos puede incluso tornarse aburrido por la falta de equilibro entre nuevas mecánicas y retos más complicados.
